Fabian Haiek PHOTOGRAPY
Vuelves a recordar
el calor de nuestros cuerpos
y tu respiración se agita peligrosamente.
Recorres con tus dedos el camino
que antes fue de mi boca
y muerdes tus labios
para no gritar de una vez por todas mi nombre.
Esta secreta pasión nos cautiva tanto
como el peligro de ser descubiertos
y tu corazón late más fuerte
recordando ese momento a mitad de la mañana
cuando las escusas inventadas nos llevan de nuevo
a ese cuarto de hotel
donde nada está prohibido para nosotros dos…
Vuelves a sentir mi perfume
y el tibio calor de mi aliento
parece acariciar tu intimidad
una vez más…
Tu piel se estremece y por un instante todo deja de importar…
Mientras tu marido,
sigue durmiendo…
Alejandro Savino
