Norberta - Capítulo II

Norberta bajó las escaleras que conducían al salón

luciendo el vestido más elegante y refinado de la fiesta.

El cuidado arreglo de su cabello

su perfume traído especialmente de España

y la elegancia de su andar; cautivaron al instante la atención de los caballeros

que vieron convertida en mujer a aquella joven muchacha

que el año anterior pasaba prácticamente inadvertida.

En aquel tiempo en el Arroyo de la China (nombre con el que en el 1800 se conocía a la actual Ciudad de Concepción del Uruguay); el baile de primavera era el evento social más importante del año. A él asistían los jóvenes de la región procurando la cercanía de esos pocos instantes de pública intimidad que permitían los bailes de salón de la época.

Hoy que todo va tan a prisa

casi hemos olvidado el valor que la espera tuvo siempre en la vida de los enamorados…

En aquellos años, el cortejo comenzaba con el fugaz y pudoroso encuentro de las miradas en alguna reunión social, a las que las niñas de buena familia asistían siempre bajo la tutela de sus damas de compañía; celosas custodias del pudor y de la castidad de las jóvenes.

Por eso este baile de primavera era tan importante para Norberta.

Su madre había autorizado por primera vez que la niña bailara una pieza en la fiesta, cuidando el decoro y a condición de que no fuese una de las primeras jóvenes en dirigirse al salón.

Desde que lo supo dos meses atrás

no había dejado de pensar en esa noche que por fin era real.

Pensaba en su amado Martín Ruiz Moreno, temiendo que él no haya advertido sus discretas y prohibidas miradas en la Iglesia… o peor aún… temiendo que él no la correspondiese…

Soñaba con el esperado momento cuando El se acercara a su dama de compañía para pedir el permiso necesario para invitarla a bailar…

Imaginando como la delicada tela de sus guantes de encaje le permitiría sentir por primera vez y en ese instante

el tibio calor de sus manos …

No sé porque aquel momento tan esperado fue tan fugaz

ni se tampoco como se atrevió a hacer aquello que una niña decente jamás haría…

En medio de la fiesta y a la vista de todos, cuando el vals llegaba a su fin; Norberta Calvento dejó caer su pañuelo frente a Martín

y los rumores desataron el escándalo.

Continuará