Respirar

Se ha dicho que la respiración es el remedio más barato. Y ciertamente, volver a conectarnos con la respiración traerá para nosotros inmediatos efectos de sanación.
Las células de nuestro cuerpo se alimentan con el oxígeno que incorporamos a la sangre a partir de la respiración.
Sin embargo casi nunca respiramos más allá de la respiración de mera subsistencia que es esa respiración corta y pulmonar de la que ni siquiera somos consientes.
Así, respirando de manera correcta haremos que llegue a nuestras células cuatro veces más de la cantidad de oxígeno que normalmente adquirimos con la respiración autónoma, y esto provocará un inmediato efecto vigorizante y restaurador en todo nuestro organismo.
Por ello, la maestra de yoga Indra Devi en su libro “Yoga Para Todos” asegura que “… si sabemos respirar como es debido podemos literalmente acabar con la mayor parte de nuestras enfermedades, con la tensión, con la fatiga y con otras molestias a las que parecemos condenados… ” (Página 80).

Respiración Abdominal
La respiración abdominal es uno de los tres tipos básicos de respiración del Yoga y como tal favorece la circulación de la energía vital o prana.
Esa correcta circulación del prana produce un inmediato efecto sobre nuestro cuerpo emocional, equilibrándonos; ya que si regularizamos nuestro ciclo respiratorio nuestras emociones también se armonizan.
Sea que estemos sentados o de pie debemos poner la espalda derecha, relajando los brazos sin dejar caer el mentón. Luego, contando mentalmente hasta cuatro, inspiramos suave y lentamente por la nariz sin forzar la entrada del aire que debe dirigirse hacia parte baja de la panza.
Retenemos el aire por unos instantes, sintiendo como la energía fluye en nosotros; para luego exhalar suave y lentamente también por nariz contando también hasta cuatro.
Es importante que el tiempo de inspiración coincida con el de exhalación porque de ese modo nuestra respiración será estable y rítmica.