No puedo reponerme de tu cuerpo
Ni de la sed que me has dejado.
Tu carne tan sedienta de ternura
Que pide a gritos el beso demorado.
Tus hombros cuencos desbordantes
De lágrimas que sigues ocultando.
Como pesa tu cuerpo sobre el mío
Tal vez no te das cuenta
Que el corazón me has aplastado.
En el feroz placer de la pequeña muerte
Que vas multiplicando.
Dulce peso tu cuerpo
En los suspiros
Hasta el aire de pronto está mojado.
Estela Berduc