CUENTOS DEL MONTE

El Pipí

Cuando vino a la Argentina Don Juan Flores, un curandero de la etnia Ashaninka del Amazonas Peruano, nos sentó en círculos a sus discípulos y mientras cantaba en una mezcla de Shipibo y Castellano, pasaba por nuestras espaldas rayando una raíz de Pipí.
Un olor fuerte, algo emparentado con el ajo, emanaba de los restos blancos de raíz que quedaban en nuestro cabello, en nuestros hombros y sobre el piso de madera.
“Esta Planta yo la conocí en los años 70”, dijo Don Juan, “…y hasta ahora no ha dejado de sorprenderme”.
El Pipí es una planta que crece con facilidad en nuestra zona. Paraná, Santa Fe y región.
En Perú se la conoce como Mucura.
Para el cuerpo se la ha utilizado como antiinflamatorio, diurético, reconstituyente de los tejidos, contra el dolor localizado, dolores de cabeza, para eliminar toxinas, y muchas otras aplicaciones.
Para el alma, dicen, es una fuerte protección, cura el “corazón” y lo hace brillar como esa vez que brilló, ¿se acuerdan?...Con el diario andar se opaca a veces como el bronce. También fortalece y da confianza, que no es poca cosa.
En Paraná se la consigue en una dietética cerca del Hospital San Martín cortada y seca, y si no, en algunos viveros, como planta. Frente a la cárcel, sobre Marcos Sastre hay algunos Pipí. Se toma en infusión utilizando sus hojas. Otra forma, sólo para curanderos, es rayando la raíz y dejándola decantar toda una noche en medio litro de agua. Tomar eso es bastante desagradable al gusto pero tonifica el alma y limpia el cuerpo.
Seguimos en el próximo número con más yuyos y cuentos del monte. Salud!

Sr. Alejandro